Sobre confiar, documentar y celebrar los procesos.
Fuera de pista
Hay algunos ilustradores que, hagan lo que hagan, me conquistan. Uno de ellos es Tom Haugomat, por eso creo que Axel sabía que regalarme este libro era una apuesta segura. Pero esta publicación es especial más allá de sus composiciones minimalistas y profundas.
Lo que lo hace distinto es su proceso de armado. Por lo general el desarrollo de los libros ilustrados se da a partir de un texto, un relato disparador sobre el cual se construyen las imágenes que expanden y enriquecen esos universos. En este caso Tom hizo las ilustraciones sin historia previa, con un par de hilos conductores: la presencia de un adulto y de un niño y la montaña nevada desde diferentes perspectivas y situaciones.
Luego le envió las ilustraciones, sin ningún tipo de orden particular, a Maylis de Kerangal, una novelista francesa muy popular. Ambos dejaron de lado el control y se involucraron en este juego creativo donde es esencial confiar en el otro y en el proceso.
El fruto de ese juego es una aventura entre un niño y su tío del corazón, que le da la oportunidad de conocer una nueva faceta de sí mismo en medio de la montaña. Una historia de supervivencia de esas en las cuales el protagonista depende en gran parte de confiar en sus capacidades a pesar de lo adverso del entorno. En algún punto, la historia refleja el proceso.
Me gusta pensar las mil lecturas que pueden tener las mismas imágenes. Y me gusta saber que los juegos ponen el foco en el durante, pero pueden dejarnos joyas hermosas como este libro.
De todas las flores
La obra de Natalia Lafourcade siempre me resultó indescriptible. Es tan genuina que me es difícil explicar la riqueza de sus melodías y de sus letras. Es como si alguien se desvistiese adelante de miles de personas, como si quedase en carne viva. Hace un par de semanas presentó su nuevo disco, De todas las flores. Su último trabajo solista, Hasta la raíz, había sido publicado en 2015 y creo que muchos estábamos esperando escuchar cuáles eran los nuevos rumbos de esta artista tan generosa.
El disco es precioso. Pero lo que realmente me tocó una fibra interna fue el podcast. Natalia y su equipo recolectaron audios de WhatsApp, grabaciones, conversaciones entre amigos y la banda. El registro resultó ser una celebración a las inspiraciones, los errores, los aprendizajes y los descubrimientos que surgieron durante el proceso de armado del disco. Para mí y para mi corazón acelerado tiene mucho valor ver que hacer algo de calidad lleva tiempo. Que apurar ciertos procesos no solo no tiene sentido, sino que es perjudicial para el resultado final de la obra. Y que muchas veces uno no sabe por dónde empezar, pero siempre hay una punta de ovillo para arrancar a transitar ciertos caminos. Lo importante es dar el primer paso.
Celebrar el proceso
Tengo una amiga que, entre otras cosas, corre. Corre mucho. Es la rubia que ven ahí, corriendo la maratón de New York el finde pasado con una sonrisa inmensa. Admiro mucho a Annie no solo porque logra hacer 42 kilómetros corriendo sin morir por el camino, sino por cómo hace las cosas en general. Ella logró que dejase de pensar que yo era incapaz de correr y hoy en día me planteo cuándo voy a pasar mi propia barrera de los 5k.
Una de las cosas que compartió fue la parte mental de la preparación de la carrera. En un mail cuenta que los corredores (y todos en general) ponemos un asterisco en el proceso. Algo así como “las últimas 10 semanas de entrenamiento estuvieron bien, pero vamos a ver qué pasa el día de la carrera”. Y tendemos a atar todo ese trabajo previo a un logro en particular, como si el entrenamiento en sí no tuviese valor.
Annie si bien lo relaciona con su trabajo como copywriter, aplica para todo en esta vida. Y la verdad es que no importa qué suceda el día de la carrera, el proceso previo ya es digno de celebración. Podemos sentirnos orgullosos de ello y punto.
En qué ando
Leyendo
Claus y Lucas de Agota Kristof. Acabo de terminar la primer novela de la trilogía y mamita, qué librazo. Es espectacular, pero te deja temblando en más de una ocasión.
Escuchando
Intoxicado: El caso de Pity Álvarez. Es un podcast documental exquisito, sobre la vida tan particular de una de las estrellas de rock argentino más controvertidas.
Viendo
Frannerd, una de mis ilustradoras favoritas, sacó un nuevo vlog. Es increíble lo que me relaja ver a esta mujer hacer lo que sea: pintar, limpiar, regar sus plantas, lo que se te ocurra.
Hasta la próxima
Hola, ¿cómo estás?
Yo contenta porque estoy en Misiones, en la casa de mis padres. Hacía mucho tiempo que no venía a ser completamente mimada durante días enteros. Estoy empezando a sentir un descanso que va más allá de cómo duermo día a día, y eso es espectacular. No recordaba cómo era mi cerebro sin estar en estado de alerta constante. Hay días que me siento una persona distinta.
Ojalá hayas disfrutado de esta edición tanto como yo escribirla. Creo que poner el foco en el camino y no en la meta es un objetivo para recordar día a día.