Sobre nuestros cuerpos, un festival precioso y una amistad enorme.
Jane, el zorro y yo
“Hoy han escrito en la puerta del baño del segundo piso: ¡Helene pesa noventa y ocho kilos!”
Así arranca la historia ilustrada de esta edición. Helene, la protagonista, encerrada en el baño del primario sufriendo bullying, leyendo un comentario sobre el peso de su cuerpo. Es un tema que en los últimos meses me ronda, me interpela, me atormenta.
Pero volvamos un momento más al libro: Isabelle Arsenault nos muestra con sus ilustraciones la vida de Helena, una niña que después del colegio vuelve a su casa leyendo Jane Eyre de Charlotte Brönte y es su única via de escape a su realidad. Una realidad donde no tiene amigas, donde lo peor que puede sucederle es un viaje escolar al cual tiene que llevar un traje de baño. Así que va con su mamá a comprarlo. La pesadilla y la vergüenza de pedir un talle más y la insistencia de su madre de que vista de negro, porque todas sabemos que el negro estiliza. Recordemos: Helene va al pri-ma-rio. Helene es una niña. Helene “se permite” comer unos caramelos después de volver caminando en vez de tomarse el colectivo. Helene se mira en las vidrieras, se compara con los maniquíes y se entristece. Helene es una niña y está preocupada por su peso.
Yo también estoy preocupada por mi peso. Ya no soy una niña. Pero crecí creyendo que “estar gorda está mal” Si estás gorda, algo estás haciendo mal: estás comiendo mucho, estas haciendo poco ejercicio, estás tomando poca agua, estás tomando alcohol. Mucho tiempo gocé del beneficio de mi metabolismo pero siempre con la culpa de “debería hacer ejercicio porque esto no me va a durar para siempre”. Hace un par de fines de semana una mujer que quiero (y sé que me quiere) hizo un comentario sobre mi cuerpo e hizo el ejercicio de compararme con otra chica que sí estaba delgada. Fue una daga.
Y mientras releía el cuento de Helene y veía a esa madre preocupada por el peso de su hija, insistiéndole desde tan pequeña con el pecado capital de estar insatisfechas con nuestro cuerpo, no dejaba de pensar en qué hondo y qué difícil dejar de ser una sociedad gordofóbica. Nuestro mayor miedo son 4 kilos de más en la balanza. Y pienso en todos esos años en que me dolía la panza constantemente y no comía por ansiedad pero entraba en un talle M. Ahora disfruto de comer y no recuerdo cuándo fue la última vez que me dolió la panza de esa manera, pero no me cierran los jeans. Y me siento una mala feminista porque sé que está mal sentirme mal por esto. Y para colmo, viene Kim Kardashian a la gala del MET y dice con total liviandad que bajó no se cuántos kgs en 2 semanas para poder entrar en un vestido. Está mal. Las miles de niñas que la escuchan deberían saber que no valemos el número de una balanza.
Si se preguntan cómo termina el libro, Helene conoce a Geraldine. Esta nueva amiga le ayuda a disfrutar de muchas cosas, de la literatura, la música, los viajes. Las palabras toman otro color. El mundo deja de girar alrededor de su peso. Geraldine, su mejor amiga, le hace ver que somos mucho más que el envase que nos contiene.
No quiero dejar de hacer un apartado a lo excepcionalmente preciosas que son las ilustraciones. El estilo, el color, el detalle. Todo está exquisitamente pensado y ejecutado. Una obra hermosa.
The New Yorker Festival
Otra vez sopa: branding, color, ilustración, tipografía. ¡Pero qué sopa! El estudio de diseño Buck diseñó el sistema de diseño del festival de The New Yorker en 2020. Era la primera vez que se hacía de forma virtual y era necesario construir una caja de herramientas visuales que se banque muchos formatos: no sólo web e impreso, sino también streaming y redes sociales.
Lo lograron con creces, y en este caso de estudio lo cuentan. Me gusta cuando se pueden ver las primeras etapas de los procesos, todo lo que no quedo. Por favor no te pierdas de ver el video en el sitio, es genial como al sumar la animación todo cobra nuevos sentidos. Que bronca y amor eterno me dan las cosas que parecen hechas “así nomás” pero son magistrales.
Just Kids
Pensé en Geraldine y Helene, esa amistad preciosa, y pensé en Nueva York... y supe cuál iba a ser la tercera parte de esta edición: la relación de Patti Smith y Robert Mapplethorpe, contada por ella en este libro autobiográfico sobre la época en que ambos eran dos jóvenes desconocidos con un amor por el arte que envolvía absolutamente todo lo que hacían.
Yo no sé si leí en algún momento un libro que retrate tan fielmente lo que significa una verdadera amistad, de esas que transcienden todo tipo de contextos. Leer a Patti contar las historias del Chelsea Hotel, de cuando iban juntos a los museos pero como no les alcanzaba el dinero para dos entradas, uno entraba y le contaba todo al otro; las horas eternas dibujando lado a lado. Ser leales y ser libres al mismo tiempo.
En qué ando
Leyendo
Frutos extrañosde Leila Guerriero. Cada vez que me cuesta reengancharme con la lectura, vuelvo a ella. No falla.
Escuchando
Clara Cava. Es una artista argentina con un estilo súper tranqui y descontracturado. Tuve la suerte de verla el viernes y lo re disfruté.
Viendo
Desde hace un par de semanas que veo los videos de Valerie Lin mientras almuerzo. Es súper relajante verla trabajar y disfrutar de ello.
Hasta la próxima
Hola, ¿cómo estás? Yo muy bien, terminando el fin de semana escribiéndote esto. Desde la última vez que te escribí pasaron cosas muy lindas: fui a ver a Drexler, recorrí otra vez Buenos Aires con ojos de turista, fui a feria juntas compré velas ricas y tomé muchos cafés ¿qué más puedo pedir?
Yo me mudé a Baires en enero de 2020 y al poquito tiempo nos quedamos todos encerrados. Recién ahora estoy disfrutando la ciudad como corresponde. Hay miles de lugares para comer, música en vivo, museos, eventos como la Feria del Libro (¡tengo un par de nuevos libros para contarles!). Estoy muy contenta de vivir acá y poder acceder a todas estas cosas.
Por otro lado, se vienen cosas MUY lindas entre Parsimonia e Imprenta Minúscula. No quiero spoilearles, pero en la próxima edición se van a enterar. Estamos muy contentas.
Espero que tengas una semana preciosa. Gracias a vos por acompañarme en esta aventura,