Esta vez el newsletter arranca distinto. Te quiero invitar a pasar a la cocina de estos escritos míos: mi proceso de armado muchas veces arranca por un libro ilustrado, pero claramente esta vez no fue así. El martes 22 fui a ver a C Tangana con su show Sin cantar ni afinar y fue una experiencia tan espectacular que detonó mil ideas.
Durante la pandemia escuchamos mil veces el Tiny Desk del artista español. Las estrofas de Me maten calaban hondo en ese momento que no podía ver a quienes más quería:
En la vida nos pensamos Que la gloria es el dinero Pero, pero nos equivocamos Nuestra gente es lo primero Y el pibe de la puerta dice que somos muchos Hemos venido como seis Carmona y seis más con Pucho […] Me maten si no pueden entrar Me muera, no les puedo fallar Yo sin esta gente, ¿pa' qué cojones quiero pasar?
Lo leo en este momento mientras lo transcribo y un par de lagrimones se me saltan. La verdad es que sin la gente que queremos no tiene mucho sentido la fiesta ¿no? Ahora bien, fuera de ese Tiny Desk mucho más no había escuchado cuando Axel me dijo que unos amigos pensaban ir a verlo, que si queríamos sacar entradas. Sin pensarlo mucho le dije que sí, pero a medida que se acercaba la fecha pensaba en que quizás hubiese gastado esa plata en otra cosa.
Cuestión que anoche fui al show. Y no te puedo explicar. No es un concierto, es una puta obra de teatro extraordinaria. Y Pucho se trajo al recital a todos sus amigos, que además de cantar y tocar, bailan y actúan de manera magistral. Esta todo pensado al detalle: la escenografía, la vajilla, el vestuario. Las cámaras y la manera en que arman una película a medida que pasan las canciones. El storytelling. Mamita, que cosa hermosa ver algo tan bien diseñado. Es de esas experiencias que te hacen recordar que la creatividad sí tiene un propósito en este mundo, y cuando todo se encastra de manera tan espectacular, nos traslada a otro lugar. Y es que hasta las puestas tipográficas te llevaban a una España vintage, mirá esto:
El recital recreaba una sobremesa eterna. Ese tiempo que pasamos juntos después de haber comido, disfrutando de la charla y de unos tragos con amigos. Y mientras lo disfrutaba me prendió la lamparita: este Parsimonia busca continuar ese hilo.
Flan every day
Salí a buscar material que me evoque las mismas sensaciones que el recital. La primera cosa que se me vino a la mente es la obra de Magalí Polverino, fotógrafa argentina especializada en comida. Sus fotografías tienen ese no se qué tan nuestro, en particular esta serie que se llama Flan every day o esta otra que se llama Argentinísima. Esa cosa noventosa y menemista del derroche de saber que no sabemos cómo vamos a estar mañana pero ahora mismo se disfruta del momento. El placer de estar perdiendo el tiempo saboreándolo.
Y me llama la atención como toda la obra de Magalí evoca situaciones que me resultan familiares, con esa maestría que tiene la gente que te hace pensar que es fácil lograr la misma foto. Y después te das cuenta que no, que hay una ingeniería de la nostalgia en cada toma. Cada elemento tiene una razón de ser.
Casa Maricruz
Finalmente, para empezar a hacer la ilustración de esta edición quise buscar referencias visuales y me encontré con Casa Maricruz, el emprendimiento liderado por María Estrada y que tiene por socios a Santos Bacana y Antón Álvarez (para sorpresa de pocos, Antón es mejor conocido como C. Tangana). Estos chicos entienden todo: tienen un proyecto que reivindica la tradición española a través de cerámicas, textiles y objetos elaborados por artesanos con un diseño más contemporáneo.
Cuando un producto se hace con tanto cariño se nota. Su branding es fantástico y te sorprende con obras como este póster para anunciar la tienda de la marca en el Museo de Pablo Picasso en Málaga, realizado por Silvia Tack, ilustradora que no conocía y tiene una obra preciosa.
El universo artístico es una gran excusa para mostrar sus productos y me encanta. Por ejemplo, hicieron esta serie de fotografías recreando las cenas surrealistas de Gala y Dalí, donde los tabúes quedaban fuera de la mesa. Taschen editó el libro de recetas, donde cada preparación era una oportunidad de sacar la imaginación a pasear.
Ahora solo me quedan ganas de comprar vajilla, buscar recetas, armarme mi propia mesa e invitar a amigos a festejar. El motivo es irrelevante, lo que importa es el disfrute.
En qué ando
Leyendo
Sigo con Claus y Lucas, voy por el segundo tomo de la novela. Sigo enganchada y estoy contenta de volver a tener un ritmo de lectura que disfruto.
Escuchando
Lindos problemasde Malena Villa. Este temita me hace recordar que ya estamos en verano de vuelta y me dan ganas de bailar.
Viendo
Yoga with Adriene. No sé si cuenta como material audiovisual, pero los videos de esta chica me salvan la espalda. Pongo uno cortito y no tengo excusa para estirar.
Hasta la próxima
Hola, ¿cómo estás?
Yo estoy terminando de escribir con mi hermana sentada al lado en el sillón, después de una semana muy linda llena de planes preciosos, como ver a Kings of Convenience, salir a bailar un ratito, ir a un parque a leer y relajar, festejar un cumpleaños y un bautismo... incluso ver a Argentina ganar el partido. No puedo pedir mucho más.
Espero que te haya gustado esta edición distinta. A mí me divirtió mucho hacerla.
Gracias, de verdad, por leerme. Me hace muy feliz saber que Parsi forma parte de alguna manera de tus lecturas. Te deseo unas semanas preciosas,