Sobre crecer en la violencia, ceviches fotogénicos y armar el nido.
Una pequeña pista
Para la segunda edición de este newsletter tenía preparado otro libro, pero la vida y sus acontecimientos, siempre impredecibles, me llevaron a escribirte sobre Persépolis. Es un relato autobiográfico ilustrado por su propia autora, Marjane Satrapi, que aunque tiene 20 años me parece alevosamente actual. Cuenta cómo fue crecer en medio del complejo entramado político, económico y cultural de Irán una vez que se derrumba el reinado del Sha: tras un breve período de esperanza, en la década de 1980 se empezaron a implementar políticas muy restrictivas vinculadas a imposiciones religiosas.
No quiero ser ilusa y creer que Irán de 1980 es equivalente a Afganistán en 2020. Las complejidades políticas de Oriente Medio me exceden totalmente. Pero creo que este libro, que también tiene su propia película, nos puede dar una pequeña pista de lo que es crecer en un ambiente repleto de violencia. Se respira el miedo, miedo por cosas que a muchos de nosotros nos resultan insignificantes como el color de nuestras uñas.
La protagonista crece en el seno de una familia burguesa de Teherán, culta y cuestionadora del régimen. Y esta es la época que más me atrapó: ver cómo van cambiando las reglas y sus derechos se van achicando a medida que crecía. No poder escuchar música, no poder vestir como quería, no poder divertirse. Tener que mudarse de país para sentirse segura, más aún siendo mujer. Recuerdo la secuencia en que la familia de Marji decide que tiene que irse a Viena: ella contradice a su profesora de religión y la madre le recuerda que unos días antes a una conocida de la familia la obligaron a casarse con un oficial del ejercito para poder violarla y ejecutarla, porque el Islam prohíbe matar a una virgen.
El libro sigue, Marjane entiende cómo se manejan en Occidente, sufre, regresa a Irán, se enamora, se casa, se divorcia y decide radicarse definitivamente en Europa. Sobre todas estas etapas podría escribir, pero me gustó la idea de enfocarme en lo que muchas niñas afganas deben estar pasando en este momento. Persépolis nos acerca una mirada profunda sobre cuestiones difíciles de entender: el uso del velo, el rol de la mujer, su sexualidad, el islam y las prohibiciones individuales. Esto es lo que me moviliza de los libros ilustrados. Poder acercarte a historias increíbles y cuestionarte al mismo tiempo. Saber que así como hace 20 años las mujeres tenemos que seguir luchando por nuestros derechos: hoy en día a las mujeres en Afganistan se les prohibe trabajar, estudiar, salir de casa sin un hombre y mucho menos expresar sus pensamientos.
Cuando me senté a escribir esto no quería que se quede en la reflexión vacía así que me propuse encontrar alguna institución que brinde ayuda en este momento. Encontré a Women for Afghan Women, que en contexto de la crisis humanitaria concentra sus esfuerzos en trabajar día y noche para proporcionar refugio seguro, recursos y ayuda para mantener a las miles de mujeres, niños, y familias. Si les gustaría ayudar pueden hacer una donación.
Si te gustaría saber más sobre la autora, podés leer este artículo de Página 12 por los 20 años del libro.
Comida y diseño
Para salirnos de la terrible angustia que nos puede generar pensar en Afganistán, se me ocurrió mostrarles un sitio sobre algo terriblemente mundano: la comida. El sitio de Cevitchef es una experiencia en sí misma que te produce la necesidad imperiosa de querer ir a degustar uno de sus platos. Lástima que estoy en Buenos Aires, hay una pandemia y este restaurant se encuentre en Bilbao.
Tiene todo lo que a un diseñador puede seducir: un uso osado de la tipografía, del color, de la fotografía y la animación. A nivel UX y de accesibilidad se le podrían señalar varias cosas, pero la realidad es que si pensamos que este es un sitio para generarnos ganas de ir, cumple su objetivo con creces. La sección que más me gusta es la de Nosotros. Los integrantes de la cocina posan como para un cuadro mientras sus nombres y apodos pasan sobre ellos con una animación controlada por el mouse.
Conocí la comida peruana en un viaje hace un par de años y siento que la manera en que lo describen en el sitio es sencillamente genial: "Un acercamiento a todo eso que no conocíamos, pero que al probarlo queremos seguir descubriendo". En fin, quién pudiera comer un ceviche, una causa o un tiradito en este lugar.
Dos historias en un solo lugar
Todos los que me conocen saben que yo armo el nido al toque. Pasé por varias mudanzas desde que me fui de la casa de mis padres a estudiar y cada uno de los departamentos que habité tenía algo que me permita expresarme. El mejor piropo que me pueden hacer al entrar al lugar en que vivo es que me digan "¡esto es re vos!". No me gustan las casas de revista en las cuales todo es impoluto y no hay nada que tenga una historia. En cada viaje trato de traerme algo que pueda dejar en mi casa y que sea testigo de esa experiencia, así puedo tener en cada rincón algo que me saque una sonrisa.
Es por eso que este artículo sobre un departamento compartido entre dos amigas, Ana y Bruna, me pareció genial. Ellas mismas lo dicen: "Lo que aporta personalidad al departamento tiene que ver con el ejercicio de unir los gustos, objetos queridos, recuerdos y deseos de dos personas que ya tenían su hogar y su universo". Está demás decir que los colores, las plantas, esa cantidad de libros y de posters compraron mi corazón.
En qué ando
Leyendo
Atomic Habits, de James Clear. Habla sobre cómo generar buenos hábitos. Vamos a ver cómo me va aplicándolo a mi sedentarismo.
Escuchando
Rocky Trail, de Kings of Convenience. La paz que me da esta banda y las ganas que tengo de vivir en ese loft son todo lo que está bien.
Viendo
Insidede Bo Burnham. Este stand up me hizo estallar de risa más de una vez y no dejo de pensar en lo bien que se la habrá pasado Bo grabándolo.
Hasta la próxima
Nunca me imaginé que hacer algo por el puro placer de hacerlo me pudiera hacer tan feliz. Ver sus respuestas y todo su amor tras la primera entrega realmente me dejó sin palabras. Me siento muy afortunada de que dediquen unos minutos de sus días para leerme.
Les cuento que en estos días cambié de trabajo y que vienen siendo jornadas intensas pero sumamente interesantes. Mucho por aprender y por incorporar, un nuevo equipo que conocer... en fin, un desafío nuevo. Me produce mucha alegría seguir creciendo.
Espero que les haya gustado esta edición, cualquier sugerencia, comentario, o lo que fuere, más que bienvenido. Me pueden contestar este mismo mail o escribir por Instagram, o no hacer nada porque es domingo y todos nos merecemos descansar che.