Sobre cuánta tierra necesitamos, cosas lindas y qué significa ser importante.
Cuánta tierra necesita un hombre
"Cantando, los baskires plantan cuatro jalones y cavan un pequeño rectángulo de tierra. Justo a la medida de Pahom: ni más ni menos."
No sé bien en qué momento me empezaron a gustar los libros de ilustración. De lo que sí estoy segura es que no fue en mi niñez: de chica consideraba que los libros con dibujitos no eran para gente grande. Y yo quería crecer rápido.
Bueno, estaba equivocada. Muchos libros de ilustración son obras de arte complejas que pueden tocarte hasta la última fibra. Requieren de nuestro tiempo y solo a través de nuestra mirada atenta podemos encontrar claves que los ilustradores dejaron escondidas para nosotros entre los trazos. Al descubrirlas yo siento un poco de complicidad. Es como agregar un poco de magia a mi cotidianeidad.
Uno de los libros que más me marcó fue la edición ilustrada por Raphael Urwiller de ¿Cuánta tierra necesita un hombre? un cuento de Tolstói escrito en 1886 y adaptado por Annelise Heurtier. Trata sobre la ambición interminable del ser humano: a Pahom y a su familia no le falta nada, pero la extensión de su campo no le satisface. Va comprando más y más terrenos, acrecentando su patrimonio a cada mes. Pero aún así se siente triste, hay zonas donde es mucho más fácil cultivar y ganar dinero. Si sólo pudiera acceder a estas tierras, sería mucho más feliz.
Un mercader que estaba de paso le cuenta que en Baskiria hay un campamento nómada que tiene muchísima tierra y la vende por monedas. Pahom decide dirigirse hacia ahí para conseguir algunas hectáreas más de tierra. Los baskires le ofrecen un trato bastante inusual: toda la tierra que pueda recorrer en un día de marcha será suya por sólo mil rublos, pero tiene que llegar al punto de partida antes del atardecer. No quiero seguir, porque sería contarte todo el libro y espero que si contás con un poco de tiempo, lo leas completo.
El cuento está ilustrado con exquisita precisión. Mediante sus composiciones sentimos que acompañamos a Pahom en su camino, juega con planos abiertos y detalles que transmiten muchísima expresividad. Y si bien esta obra está firmada sólo por Raphael, es evidente que habita el mismo ecosistema gráfico del estudio que fundó junto con Mayumi Otero, Icinori. Allí se construye a cuatro manos y es "un lugar privilegiado, dedicado al descubrimiento y a la experimentación, donde cada uno puede aportar y buscar en total libertad". Creo que esa libertad se nota a simple vista.
Para cerrar, solo voy a decir que la primera vez que lo leí se me llenaron los ojos de lágrimas y que cada tanto lo busco en mi biblioteca y lo vuelvo a leer para recordarme que muchas veces no tenemos que irnos tan lejos para ser felices.
Si te gustaría saber más sobre el proceso de Raphael en este libro podés leer
ㅤ
Good Things
A veces me siento como el personaje del cuento anterior: me repito una y otra vez que ya voy a tener tiempo para dedicarme a hacer tal cosa que me hace feliz, pero antes tengo que lograr ”tal objetivo”. Por suerte cada vez más frecuentemente me doy cuenta de que lo único que tengo es el presente. Por eso me gusta tanto esta lista de cosas sensoriales lindas de la vida que hizo Melanie Richards. Me tomo el atrevimiento de traducir 5, de manera aleatoria:
El primer fin de semana soleado luego de un largo invierno.
Un buen cuchillo de cocina.
Llegar a subirse al tren o al colectivo justo a tiempo.
Luciérnagas.
Olor a libro viejo.
Y ya que estamos, porque me gustan mucho las listas, van algunos de los momentos que me sacan una sonrisa a mí:
Volver a charlar con alguien que querés y no hablas hace mucho.
Una combinación de colores inesperada y preciosa.
Las formas de las plantas.
Olor a café en la mañana.
Dormir la siesta sin despertador.
Si te entusiasma, ¿me contestás este mail con tus 5 cosas lindas? me encantaría poder armar un mapa de todo eso que nos gusta y muchas veces no le prestamos atención.
Personas importantes
“No tenías trabajo, no tenías esposa, no tenías hijos. Incluso siendo una pequeña niña, yo sentía que eras un poco extraño”. Estas son las primeras líneas del corto de Regina Pessoa llamado Uncle Thomas: Accounting for the Days.
Me cuesta conectar con los cortos. Siento que siempre me quedo con ganas de una vuelta más, pero este no fue el caso. Visualmente es una joya de ilustración hermosa, pero a nivel narrativo también me encantó. Este corto trata sobre el tío de Regina, que claramente tenía tendencias obsesivas con los números. Como la directora cuenta:
Siempre tuve la intención de hacer algo sobre el tío Thomas y cuán importante fue para mí. Descubrí que, más allá de que él no fuera una ‘persona importante’, era importante para mí. Quería mostrar con mi corto que no es necesario ser excepcional para ser importante para alguien. Esa es mi declaración personal con este film.
Me tocó una fibra muy linda. Ojalá me siga encontrando con cortos de este calibre.
En qué ando
Leyendo
A sangre fríade Truman Capote. Finalmente empecé este libro que tiene expectativas altas pero es todo lo pochoclero que necesito que sea al mismo tiempo.
Escuchando
Natalia Lafourcade es una artista que me encanta, que me mueve, que me inspira terriblemente. Con Tú si sabes quererme me hace mover las patitas, además.
Viendo
Volvió Game of Thrones en forma deHouse of The Dragon. Volvieron las noches de domingo que tienen un poco de sentido.
Hasta la próxima
Hola ¿cómo estás? Esta edición la pensé como un cumpleañitos atrasado del newsletter. Pasá, hay cositas ricas, sanguchitos de miga, un cheesecake enorme con una velita y vino para todos. Me gusta festejar, en particular me gusta mucho brindar, casi por cualquier razón, en mi día a día. Razones para hacerlo nunca faltan: estoy bien, mi familia y mi novio están bien, mis amigos están bien. ¿Qué más podría pedir?
Pero esta semana pasaron cosas muy graves en Argentina y la verdad es que es muy difícil evitar que eso tiña el brindis. La escalada de violencia que se vive es alarmante. Todos somos parte de los discursos que se construyen y que contienen esas semillas de odio. Pensemos antes de hablar y de compartir. Analicemos lo que estamos promoviendo.
Como siempre, muchas gracias por estar ahí, por leerme, por acompañarme en esta aventura,